miércoles, 6 de julio de 2011

.El Cancer aprendizaje de Hugo Chávez

Es común que cualquier mandatario, estadista o dictador tome modelos y referencias de otros personajes de la historia. Hugo Chávez en sus días de enfermedad en Cuba, muy probablemente recordó una parte de la historia de su país, una historia vivida por Cipriano Castro y su mejor amigo Juan Vicente Gómez.
Por el año de 1899, Castro ingresó a Venezuela por Colombia, acompañado de Vicente Gómez, para derrotar a las fuerzas militares del gobierno, y el 22 de octubre adueñarse de Caracas y a partir de ese momento, instaurar una dictadura hasta 1908.
En el lapso de gobierno de Cipriano, se hostigó a toda la oposición, a tal grado que no había posibilidades de establecer una democracia. El segundo al mando en Venezuela era el mismo Juan Vicente.
En sus nueve años de gobierno por parte de Castro, Venezuela tenía como enemigos declarados a Francia, Italia, Alemania e Inglaterra; ellos eran las fuerzas imperialistas a combatir, como hoy es Estados Unidos para Hugo Chávez.
El conflicto entre los países europeos y la nación sudamericana culminó con el aislamiento de Venezuela y un bombardeo en Maracaibo en 1902 por marinos alemanes.
Todo lo anterior fue utilizado por Cipriano y su aliado, para someter aún más a sus adversarios políticos, con el pretexto de ser cercanos al enemigo y un peligro para el país entero. El discurso giraba en torno a la importancia de un régimen fuerte, que caía en la persona de Castro, pues, de acuerdo a sus palabras, el único capacitado para encontrar soluciones a tal conflicto, era él y nadie más.
La suerte de Cipriano se acabó en 1908, cuando por motivos de salud, tuvo que abandonar su país para dirigirse a Alemania, y en ese lugar  someterse a una intervención quirúrgica que le salvaría la vida.
En cuanto Castro puso un pie fuera, Vicente Gómez aprovechó la estructura de poder político creada por su antiguo jefe, y ser él quien mandara de la misma tiránica forma que su antecesor hasta 1935, año de su muerte. Cipriano se instaló en Puerto Rico, esperando volver si la ayuda de Estados Unidos llegaba a sus hombros. Lo anterior no sucedió y la muerte lo encontró en ese país.
Una ventaja del sucesor de Cipriano, es la misma que hoy disfruta Hugo Chávez, a través de una buena renta petrolera. En el año de 1914 se descubrió el primer gran yacimiento de oro negro; en 1920 el petróleo constituía un 2% del total de los ingresos, en 1924 se alcanzó el 8% y para los últimos cuatro años de mandato de Juan Vicente Gómez, la cifra se ubicó en 38%.
La forma de gobernar de Chávez es muy similar a la de los dos personajes de finales del siglo XIX y principios del XX, e incluso hoy día, es altamente probable que el desenlace sea similar.
Chávez a diferencia de Cipriano Castro, tiene no a uno, sino a cuatro personas de su entera confianza y que tal vez sean los principales candidatos a sucederlo ya sea por traición o cuestiones de incapacidad del presidente venezolano debido a su enfermedad.
El primero de ellos es el vicepresidente Elías Jaua, quien fue el encargado de guiar a Venezuela en la ausencia de Chávez. Analistas políticos de Sudamérica, consideran a este personaje como un hombre leal, pues su discurso y actos, demostraban el nulo interés por hacerse del poder. Un punto en contra de Jaua fueron unas declaraciones suyas hechas el viernes 1 de julio, donde afirmaba que el presidente  se quedaría por lo menos tres meses más en La Habana. La declaración era una invitación a más de uno, para organizarse contra el chavismo.
El segundo hombre es Henry Rangel Silva, quien funge como enlace entre presidencia y las fuerzas armadas. Todos sabemos, que en cualquier parte del mundo quien pone y quita presidentes en momentos de crisis es el ejército. Rangel Silva con los tres meses de convalecencia de Chávez en La Habana, lo convertían en un peligro, pues la tentación del poder está a la mano, aunado a la constante comunicación con los altos mandos militares.
El tercero cercano a Hugo es el canciller Nicolás Maduro, quien conoce toda la estructura de poder venezolana, pues desde muy joven participó como dirigente juvenil de izquierdas, sindicalista y diputado. Debido a lo anterior, un amplio sector opositor lo conoce bien, y entre ellos, formar un grupo que pueda arribar al mando supremo no parecía una vía lejana.
El último en la lista, es el poderoso presidente de Petróleos de Venezuela y ministro de Energía Rafael Ramírez, quien entre sus más célebres declaraciones, está la que para ser parte del gobierno, se debe ser rojo, muy rojo. Esa tesis, le ha servido para deshacerse de rivales políticos. El peligro de Ramírez son los elevados recursos que a su disposición tiene, a raíz de la exportación de crudo. Elevados recursos que pueden inclinar al ejército a su favor.
Hugo Chávez no quiere terminar como Cipriano Castro, pero, esa puerta aún no está cerrada, ya que su sorpresiva salida de Cuba, no hace más que reforzar las hipótesis que señalan lo grave de su enfermedad, y la posibilidad de volver a Venezuela sólo para reorganizar su gobierno y pensar en un posible sucesor.
Los diagnósticos sobre Chávez encontraron coincidencias el anterior fin de semana, pues el médico español José María Gil-Vernet publicó en su cuenta de Facebook que el mandatario venezolano fue operado de un cáncer de próstata muy avanzado, y que de acuerdo a la literatura médica, existen un 60% de probabilidades de alcanzar cinco años más de vida. En la misma red social, Gil-Vernet dijo que  el encargado de la cirugía fue el venezolano René Sotelo.
El sábado 2 de julio, "El periódico de Cataluña" citó a fuentes diplomáticas de Venezuela, quienes aseguraban que Hugo Chávez fue operado erróneamente por un médico cubano, y que después fue necesaria la intervención de un español llamado José Luis García Sabrido, quien ya había curado a Fidel Castro en 2006, y del venezolano René Sotelo.
El aprendizaje de Hugo Chávez va en el sentido de no terminar exiliado de Venezuela y tratar de encaminar a un sucesor de toda su confianza; la democracia y el pueblo venezolano pueden esperar

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